Joanmarti Blog's, impresiones e ideas

El 6 de agosto de 1945 el gobierno de EEUU asesinó a sangre fría a más de 140.000 personas civiles en la ciudad de Hiroshima, lanzando contra esta población la primera bomba nuclear; tres días después repitió la «hazaña» con Nagasaki, abrasando a más 80.000 de forma casi instantánea. Eran seres inocentes, de vida anónima, con sus problemas, afectos, desafectos, proyectos e ilusiones, que respiraban cada segundo como seres vivos y cuyo único delito fue el estar en aquel área geográfica el día en que a un loco idiota se le ocurrió la idea de probar el juguete de sus ingenieros de la muerte. Después de los primeros días, siguieron por años los efectos de la radiación, con heridas, malformaciones y la muerte lenta de miles y miles de afectados.

El suceso es bien conocido y poco cabe añadir, si bien merece mención el cinismo del jefe de los criminales, Harry S. Truman, (presidente a la sazón de la “democracia” mundial) quien ordenó el bombardeo, según dijo, para evitar «más muertes de civiles».. Hoy día, nadie habla de ello, sin embargo, como un acto gigantesco de genocidio y de barbarie contra la civilización,de terrorismo indiscriminado, injustificado y asesino, perfectamente homologable al que practicaron los nazis contra judíos, comunistas, gitanos, homosexuales y otras minorías. Y al tal Truman se le honra y celebra  como prohombre de los USA, en vez de perseguirle por dejar al mismo Bin Laden en mantillas. Tampoco este genocidio ha sido juzgado nunca por un tribunal internacional (ánimo Garzón), ni hubo un proceso de Nuremberg contra estos orates sangrientos, por lo que los genocidas murieron y aun mueren de viejos plácidamente. Ello demuestra lo que ya se sabe: que la historia no existe, que sólo existe la literatura que glosa los hechos ocurridos y que siempre se impone la versión del que puede hacer valer la suya.

Inútil, pues, esperar que se instituya este día del 6 de agosto como día contra el terrorismo internacional, como se hace con el de la lucha contra el hambre, contra el sida, el de la mujer, etc.; el sistema no da para tanto y mejor no pedirle peras al olmo. Pero no deja de resultar puro chiste malo que en los resúmenes y scoops que me llegan al reader del google los falsimedia (el mundo, el país, público, las teles, etc.)  mantengan una sorprendente unanimidad y no digan ni pío sobre el tema, al tiempo que conmemoran  y anatemizan con énfasis delirante a la pérfida Rusia por acudir en ayuda de los osetios hace un año atacando a los georgianos, como si para estos “fabricantes” de información los rusos aún fueran comunistas y se comieran a los niños, quemaran conventos y violaran a las monjas..
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