Usos y provechos de un juez estrella en la España buena (democrática y mass mediática).

Usos y provechos de un juez estrella en la España buena (democrática y mass mediática).

juezDe un juez estrella, como del cerdo las longanizas, morcillas, panceta y jamón, todo son usos y provechos. Aprovecha a prensa, radio y tele, dándoles titulares que rinden luego para las cuentas de publicidad. Sirve de árbitro a los amos del «sistema», los partidos, cuando guerrean entre ellos. Pero, sobre todo, sirve al sistema en sí, al que carga de razón y ley persiguiendo a sus malos, vascos, independentistas y demás gentes de mala pinta.

Es figura pelín ahistórica y espuria, al ser hijo del TOP de Franco y nacido en su portal de Belén, con estrellas, sol y luna, allá por el 77 del siglo pasado, pero con fe de bautismo en lo legítimo y declarado constitucional, lo que le hace legal, y con ello legal hace el derecho  de algunos al juez estrella y no al juez natural, lo cual es cosa de maravillarse..

El juez estrella es jaleado por el personal de a pie, que chismorrea y perrea chascarrillos en los baretos y en el tajo, recalentado -el personal y el juez estrella- por los periódicos que venden al figura en titulares, -y cómo lo venden!-, como héroe-juez, azote de malos y desviados que corta el bacalao con la santa vara de la justicia ciega, que a veces guiña el ojo, y pone a cada uno en su sitio, encandilando a la peña como los goles de la selección. Y aunque produce vergüenza ajena en jueces y abogados que una vez estudiaron el estado legal y otras paparruchas, por nadar y guardar la ropa, todos callan y abjuran conocimientos y principios, pues el tipo es al sistema de utilidad notable y por ello  olvida las enseñanzas elementales de penalistas y jurisconsultos, del Antón Oneca o del Rodríguez Devesa y hasta del mismísimo Cesare de Becaría; olvidando los principios de la responsabilidad penal individual, la presunción de inocencia, las necesidad de pruebas e indicios para condenar y otras ideas consagradas de la doctrina de los últimos cien años, porque adonde no llega el derecho ha de llegar el torcido, si lo ha de menester el Estado de Desecho.. (Uy, perdón, se me ha corrido una letra.)

Y es que el tipo-juez, algo fatuo y esperpéntico, y a menudo ilegal en actos y decisiones, cual dicen sus detractores más acérrimos, desarrolla función útil para todos y así ha de entenderse, pues útil para el sistema y no otra cosa es cerrar periódicos, ilegalizar partidos y asociaciones y prohibir protestas y algaradas de miles si así conviene a todos cuando el sistema y el orden ha de ser mantenido.. “porque el orden ha de ser mantenido”, como nos dijo el De Gaulle allá por el 68 de París.

Porque, ya entrado en harina, el juez estrella inventa un sutil estado de “libertades excepcionales” para con los vascos malos, -gran conquista en la moderna dogmática jurídica-, y le quita la posibilidad de elegir o ser elegidos a un pico de 120 mil o así, que devienen inexistentes o invisibles aun pagando impuestos y teniendo DNI, siquiera sea en fotocopia, sin que arda Troya en llamas ni políticos, jueces superiores, pensadores, opinadores y «demócratas» en general vean ahí lo del estado de excepción; lo de la conculcación del 17.2, 18.2 y 3, 20 y 21 de la CE, -detención preventiva, inviolabilidad de domicilio, libertad de expresión, secuestro de publicaciones, derecho de reunión, para entendernos..-, ese que ha de declarar el gobierno autorizado por el congreso y tal y tal. Y ya es ello, como digo, cosa casi de magia! pero así conviene a los otros moradores del sistema, tal que a los  políticos vascos buenos, con beneficios residuales en votos y votados, empleos y subvenciones, ahora que arrecia la crisis.

Otro día, el superstar-juez beneficia a un partido hundiendo a su oponente, con lo que se gana hoy las loas de aquél y las furias de éste, como ayer, haciendo al revés, disfrutó las loas de éste y las furias de aquel, lo cual que compensa a ambos con mesura y proporción, porque la fiesta ha de continuar y él ha de seguir en el candelero..

Otro día se le va la mano y, por eso de las causas populares y populistas, se ocupa en rehacer la historia porque quiere y él puede, y se entretiene consiguiendo abrir en primera de los telediarios al intentar procesar al moro Muza o al caballo Blanco de Santiago, ocurrencia divertida que a él mismo maravilla, como a propios y extraños, y a jueces y fiscales, pero como le dan bola sigue en primera línea de las noticias…

Y así todos contentos, como digo, y el personaje, celebérrimo y celebrado, sea como héroe o como chiquilicuatre judicial, deviene  indispensable, pues indispensable resulta el cuajo y desparpajo para ejecutar el trabajo sucio en las riñas de familia y disfunciones del sistema, y, si para ello viene al caso, coleguillas, superiores y protectores le adulan validan y, para su uso y abuso, le montan leyes y decretos que proscriben lo indecible y autorizan lo aberrante, según lo pida el tiempo y la salud del Estado, que de eso y no de otra cosa se trata..

Lo cual que si el tipo-juez-estrella no existiera, habría que inventarlo por exigencia del guión, por pura logística del sistema, por necesidad de sus servicios y habilidades, de sus usos y provechos que sólo él produce con eficacia probada y redundante al Estado de Desecho (otra vez se me corrió la puta letra, ya es manía lo mío, ya!) y de connivencias no aptas para idiotas o ingenuos compradores de periódicos..

justicia1

lo pillas, o te lo cuento otra vez?

(1010)

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joanmarti
Escriito por joanmarti

Abogado de profesión; juntaletras revoltoso de afición y aflicción, diletante del pensamiento embebido en la relatividad y la cuántica... No hay más.

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