La división internacional del trabajo en áreas y departamentos; ejecutores, comentaristas y espectadores…

(Pescado de por ahí y retocado al dente)

LA DIVISION INTERNACIONAL DEL TRABAJO EN UN MUNDO GLOBALIZADO, INTERRELACIONADO Y ARMADO: (Siguiendo los rudimentos teóricos de David Ricardo). Ahora dividamos el mundo entre los que ejecutan, los que informan y comentan y los que observan…

-Triunfa sin mucha oposición ciudadana la «división internacional del trabajo» y si Inglaterra se trabaja Bahrein, Francia mantiene su presencia africana, emulando lo que años ha el ejército yanqui enseñó a las inteligencias militares de los países dependientes, y el Mosad y la CIA hicieron con los golpistas latinoamericanos, al tiempo que los Yankees Go Home desparraman por ahí su democracia pret a porter, a Libia, Siria, Irak, Yemen…; «pongan Udes. sus ciudadanos y edificios que nosotros ponemos las bombas y las balas»

-Entre tanto, en el papel asignado, la UE enseña a interceptar emigrantes a las patrulleras libias y la Guardia Civil, CNI, Geos y Legión a las policías militares de Afganistán, Bosnia, Mali, Iraq, etc, luciendo España por el mundo la fe cristiana y nuestras costumbres más devotas a los «bárbaros», como hace 5 siglos llevamos a las Nuevas tierra de América, aunque ahora es el catecismo Prisa, Repsol, BBVA, más un Padre Nuestro y tres Ave Marías…

Y así, sana paz, armonía y diletancia, mientras declina la Fira de Gandia y el Santo Duque hace diabluras en los coches de choque con la gente comiendo piruletas en la pasarela. Todo rula en orden en el mundo mundial regulado por el ·Comando Director· FMI, Langley, el Pentágono y el New York Times.., por el Bien del Imperio, como nos cuenta Josep Fontana, o del Minotauro Global, como apostilla Varoufakis…

Fácil, no? Pues eso.

Otro día que amanece, y así, dijo el Gran Hermano Comunicador, -A quién hará Ud. caso, a mi o a sus propios ojos?

«Hey! Mr. Tambourine Man, tócame una canción
No tengo sueño y no voy a ninguna parte.
Hey! Mr. Tambourine Man, tócame una canción
En el cascabeleo de la mañana te seguiré.
Aunque sé que el imperio
de la tarde ha vuelto a convertirse en arena…»