En Inglaterra, London, – de ahí es la foto-, capital cultural del mundo, o al menos de Europa, ponen púas en los portales para que los mendigos no puedan pernoctar en ellos. Es un acto de evidente caridad cristiana, de solidaridad humana y, por derivación, del Estado del bienestar, –Welfare state, que dice la doctrina económica que sostiene el invento con sus FMI, Troika y similares-, con el que nos quiere cautivar el sistema de pensamiento único desde hace ya más de 100 años.
En Inglaterra, cuna de la democracia, también surgió la revolución industrial, el factorismo y la explotación manchesteriana semi esclavista hace ya dos siglos largos. Al cabo de tantos lustros de laissez faire, lo diga Adam Smith, David Ricardo o su porquero, el sistema da lo que da; miseria y sordidez para muchos y vida regalada para unos pocos, como es bien sabido, pero también produce estas excrecencias por simple exageración; la inhumanidad con la que se abomina y criminaliza a los homeless, se les prohibe el ejercicio de la mendicidad, – acaso suponiendo que si se organizan podrían llegar a dejar de comer como el artista del hambre de Kafka – y desde hace años se les expulsa de las zonas urbanas «visibles».
Los gobiernos municipales europeos de la democracia del bienestar, -que eso dicen es Europa-, a falta de poderlos gasear legalmente, intentan prohibirlos, esconderlos o, en su defecto, joderlos con pequeños trucos de política de gestión urbana.
En la España del bipartido, la democracia y todo eso, los alcaldes de las grandes ciudades -la B0tella, el Clos, la Rita, qué más da-, además de perseguirlos, multarlos y repatriarlos a zonas ocultas, diseñan para los parques bancos con brazos para que no puedan dormir y los vecinos, por su parte igualmente caritativos y solidarios, recurren a poner verjas en los portales y alguna púa que otra para que ni siquiera puedan pasar en ellos la noche gélida y lluviosa.
Lamentablemente, esta filosofía filantrópica no es exclusiva de la democracia occidental, ya que en la democracia China emergente, puestos a imitar y como alumnos aventajados que son, en algún parque han puesto en funcionamiento el «banco agudo» que aparece en la foto, en el cual pagando a modo de parquímetro de la hora se esconden las púas y se permite la plácida siesta aparcando tu miserable cuerpo, que tal vez por puro Derecho natural no vino a este mundo para esta mierda.
O sea que, pagando lo que sea, tanto en el occidente como en el oriente; sin pagar, mejor no respires.
Eso es lo que hay. 4 mil años de civilización para ésto: Humanidad y caridad que se derrama por todas partes…
(1450)
Si me lo permites creo que por una parte los vecinos no son responsables del problema, que la responsabilidad es del estado miserable que nunca practica el bienestar con sus ciudadanos y solo sirve para recaudar impuestos y llevar la guerras a países del tercer mundo. Aun así es deplorable este estado de cosas.
Intentemos cambiarlo, PODEMOS!!
Totalmente de acuerdo con tu observación. La responsabilidad del estado es evidente, -y tal vez no he incidido bastante en ello-, y debería habilitarse para todos la renta mínima e inserción y albergues y demás instrumentos de garantía social, ya que al fin y al cabo estas personas son simplemente productos de este sistema de estado. Aún así, creo que en algunos casos los vecinos deberían ser un poco más solidarios con estas personas.
Saludos.