Joanmarti Blog's, impresiones e ideas

La alegoría de la visión perra del mundo se da cuando cada día las noticias del suceso nos llevan el espanto de la realidad a nuestro horizonte de sucesos visto desde el sofá. Ya no nos asombra que se haga la guerra cuando se dice querer la paz, ni que se produzca la muerte cuando se dice defender la vida. Los servidores telemáticos, portales y agregadores de noticias, nos proponen una visión limitada, de blancos y negros, de astigmatismo y errática longitud de onda, una visión de perro o, mejor, la visión perra del mundo mundial y de la civilización que en los inicios del tercer milenio destruyen éstos cada día un poco con sistemática regularidad…

Este brillante reportaje de la RT, -tele que en el occidente «democrático» difícilmente podrá Ud ver por mucho que sintonice el dial-, ilustra sobre las miseria de las revoluciones naranja, promovidas y sobrevenidas según el manual bastardo CIA, OTAN y otras hierbas, y el papel del ciudadano-sujeto-sufridor-objeto mediático que pone la carne y la sangre a beneficio de inventario de las élites perversas y corruptas, nacionales o transnacionales, que montan sus guerras para acaparar los mercados del destruir/reconstruir, de compraventa de sus armas, de materias primas y territorios y demografías para el consumo y, en definitiva, del poder de gobernar en su exclusivo beneficio sin ir ellos a las manifestaciones.

Es el fenómeno de la alienación mediática, donde se promueve la guerra, la muerte y las penalidades de los ciudadanos invocando banderas de causas de naturaleza difusa, de chovinismos, patriotismos, fronteras y cantos de sirena, como si la muerte no igualara a los humanos al margen de su DNI o similar.

Es, ya digo, la visión perra del mundo que nos imponen estos orates sanguinarios desprovistos de humanidad, jaleada por editorialistas, tertulianos y opinadores y a veces incluso comprendida o interiorizada por quienes tomamos parte en estas banderías de la barbarie, sin usar la inteligencia de negarles a estos locos la mayor: lo burdo de sus códigos de lenguaje de buenos y malos, de sus aberrantes convencionalismos mediáticos que en la práctica sólo llevan a la muerte y al dolor de nuestros convecinos del mismo planeta, de la misma especie…

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