Ya hace 40 años y, entre las tumbas de Pere-Lachaise, pervive la memoria de Jim y de los Doors; del “Rey Lagarto”, músico y poeta, o poeta y músico, genial y brillante hasta el punto del no retorno a la mediocridad cotidiana.
Un genio en estado puro, un iconoclasta con el vicio políticamente incorrecto de cuestionarlo todo, de abominar de los dioses y sacerdotes de su época. Una voz descarnada, con un registro denso, catártico. Un mundo interior complejo, indescriptible, inabarcable para los críticos mediocres, que decidió mudarse a otra dimensión en aquel París el 3 de julio de 1971, reciente aún el mayo del 68. La sepultura, que he visitado varias veces, se halla cubierta de fotos, poemas, flores y velas y está protegida por barreras y gendarmes de los visitantes que queman incienso y permanecen largos minutos ante la tumba, en silencio, situados en la gravidez de la memoria de las emociones. Son (somos) los que pensamos que Jim fue, más que un estudiante de audiovisuales de la UCLA, que el cantante star rock, músico asombroso, o el poeta beat de registro telúrico, el genial visionario de sueños y pesadillas que conmocionó nuestra adolescencia tardía..
Break On Throughrompelo!!
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En mi top musical personal tengo el corte de Doors» the end» entre las 10 preferidas .Te felicito por tu nuevo Blog con una recopilación en la página principal.