Al aproximarse las fiestas de halloween, regresan como cada año historias de monstruos y criaturas extrañas. Entre los más temidos destaca la bestia legendaria «chupacabras». Se mencionó por primera vez después de ataques contra el ganado en puerto rico, donde aparecieron ovejas muertas con heridas punzantes y cuerpos drenados de sangre. En otros sitios en américa latina y estados unidos, varias personas de fértil imaginación dicen haber visto animales de aspecto maligno, parecidos a perros, o a roedores, o a reptiles, con largos hocicos, enormes colmillos, piel correosa o con escamas verdosas y olor desagradable.
Científicos que estudiaron algunos cadáveres víctimas del chupacabras llegaron a la conclusión de que los temidos monstruos eran realmente coyotes plagados de sarna, enfermedad causada por ácaros que se alojan debajo de la piel. Según barry o’connor, biólogo de la universidad de michigan, el ácaro responsable de la extrema pérdida de pelo que se ve en el “síndrome del chupacabras” es el sarcoptes scabiei, que causa también escozor “Dado que estos coyotes están muy debilitados tienen mucha dificultad para cazar y por eso se ven forzados a atacar el ganado porque es más fácil que perseguir un conejo o un ciervo”, o sea, que se ofuscan con las cabras. Eso, ya digo, en sudamérica, porque de la galicia de las meigas, las magias y los bosques brumosos, en el milenio pasado, nos vino el sacamantecas, y, ya en estas calendas, nos llega este ejemplar patrio, también mitológico, que ramonea a full time entre el congreso de los diputados y el palacio de la moncloa.
Con la formación que da un buen acopio de gramática parda y semiótica retórica del político profesional, este hombre-animal-político-mitológico, se metió de rondón en el PSP de tierno galván y en el PSOE allá por el 78 del siglo pasado y, tras varios fiascos en la política de su pueblo donde sólo llegó a concejal, y, por eso de que nadie es profeta en su tierra, migró hacia la seca meseta para devenir jefe del aparatchi de los psocialistas. Alumno aventajado del verbo del lugar común, le bastaba con recitar lo de “nosotros los socialistas.., la derecha insolidaria…, la defensa de los trabajadores.., la sanidad y la enseñanza pública.., nuestras políticas sociales.. y otros mantras de similar enjundia..” y, al tiempo que daba doctrina, se hacía unos ahorrillos y se construía una chabola en mjadahonda más otra a orillas del mar para asuetos y ludismos; se mercaba dos bugas de gran cilindrada y un utilitario para ir a compraar el pan, y, por eso de combatir el paro, empleaba tres personas de servidumbre; también llevaba los hijos al colegio de a 3.873€ el trimestre, mayormente para alternar con los de la martínez de irujo, mariano rajoy, zaplana y álvarez cascos, por eso de que la nobleza se pega y obliga y como ejemplo para fomentar la enseñanza pública.. Lo curioso es que este especimen también chupa de las cabras, o sea de nosotros, bee, bee, bee.., que con nuestra sangre y magras mantecas nutrimos el presupuesto del estado, bee, bee, beeeeeeeeeeeeeeeeeee, para este y para otros centenares, miles, de cupacabras de la política nacional..
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Muy real el simil del chupacabras.Muy bueno.