Dicen que cada uno cuenta de la feria según le va o, en lenguaje más categorizado, que la realidad no existe y sólo es la que se cuenta. Por tanto, son los «contadores» quienes establecen la realidad. En este caso la superchería mediática en la campaña llegó al paroxismo; unanimidad en editoriales y opinadores al servicio del estado central y centralista; campaña sucia con amenazas, puramente vomitiva para la inteligencia media, intervenciones de líderes extranjeros, ni siquiera censados en Cataluña, jaja, admoniciones terribles de obispos, sobre salidas de la UE, del euro, de pérdida de nacionalidad, amenazas veladas del ejército, de Obama, Sarkozy, merkel, Junker…, de las cámaras de comercio, empresarios, multinacionales, bancos, etc.
El día de la «reflexión» y el mismo día de las votaciones, teles que editorializaban e informaban a pie de urna en sesgado contra el bloque «independentista». Era la guerra, que ni siquiera se detenía ante la desvergüenza o el sentido del ridículo.
Aun así, récord de participación: 77%. Y llegaron los números concretos. Pero…, de nuevo coincidencia en editoriales del día después: se admite que ganan los independentistas pero se «informa» de que pierden el plebiscito!! Áteme esa mosca por el rabo! De nuevo la manipulación. Bien saben nuestros opinadores-informadores-falsificadores de la realidad, que para muchísima gente, más allá de su inclinación independentista, lo que se cuestionaba, siquiera fuera por principios y dignidad democrática, era el «derecho a decidir» de los catalanas, justo el mismo que se les negaba y niega por la España de las flechas y, sobre todo, del yugo.
Y qué hay de ello? Pues que, sumando porcentajes, de los partidarios del derecho a decidir, el 39,78% Junts pel sí más el 8,25% Cup (independentistas) y 8,97% de Cataluña sí que es pot, partidarios del derecho a decidir, da lugar al 57,00%, por lo que el plebiscito sobre el «derecho a decidir» ha obtenido el 57% y los negadores del derecho el 43%, a lo que debe añadirse que buena parte de los votantes del PSC (12,79%) también son partidarios de dicho derecho. Visto en diputados, los partidarios del derecho a decidir suman 83 y los contrarios 53; visto en votos, 2 millones 300 mil frente a 1 millón 550 mil, pam dalt pam baix, o sea, casi 750 mil votos más los partidarios del «derecho a decidir». Por tanto, el plebiscito sobre el «derecho a decidir» simplemente ha ganado por goleada, a pesar de los retortijones semánticos urdidos por la realidad mediática publicada. Para llegar a esa «realidad» oculta, uno ha de expurgar la cosa y de la propaganda de los titulares ha de ir a las tablas de datos concretos, pero pocos hacemos ese ejercicio lógico y de eso se prevalen estos magos da la cara dura. Lo suyo es la magia de la desvergüenza.
Visto todo ello, la pregunta obvia es para qué queremos la democracia si tenemos a sus intérpretes y además estos son magos y tienen el monopolio de la realidad, además de su parlamento español de lo políticamente correcto, sus leyes para procesar presidentes (Atutxa), su tribunal constitucional, sus banqueros, sus cámaras de comercio, sus mandatarios internacionales valedores, sus leyes y su policía y su ejército presto a exigir el cumplimiento de sus dichas leyes…
Pues eso, puro truco de ilusionismo, la magia de la democracia, la ilusión de un simple día de happening, urna y colorido festivo, donde la realidad cede ante el conejo que surge de la chistera y la cara dura de estos jetas que, con el delicioso desparpajo de Groucho Marx, nos preguntan: A ver, seamos serios; ¿a quien va a creer Usted, a mi o a sus propios ojos?
Y por cierto, que en términos de surrealismo marxiano, a pocos de éstos editorialistas e informadores les sorprende que el PP, con su 8,55% de votos y sus 11 diputados en Cataluña, pretenda gobernar en beneficio de los catalanes negándoles desde Madrid su «derecho a decidir». Viva la democracia!!
Eso también es pura magia, pero merece otro post más extenso que glose las maravillas de esta célebre institución televisada.
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