La clase política y los lobbies de empresas y oligopolios les necesita como agua de mayo. Son la bayeta que limpia su porquería diaria en sus medios de comunicación-opinión que atontan al ciudadano simple y su prole. Dícese de los «periodistas y similares», una rama desgajada del tronco común de la evolución de Darwin, especie primate que balbuceando con soltura ingeniosas frases del lugar común, demagogia y latiguillo, pulula en la sociedad moderna agazapada en pasillos, antesalas de jefes de redacción, platós y salas de tertulia microfónica insonorizada. (Aunque algunos especímenes prestan sus servicios a la comunidad del espectáculo informativo vía telefónica, como sistema aun más exótico y celebrado, con notable ahorro en desplazamientos, trenes y taxis)
-Aclaro, antes de que me recriminen por no hacerlo, que en lo anterior y en lo que sigue se me refiero fundamentalmente a los tertulianos y opinadores políticos, sociales y de la farándula, y no a los técnicos o científicos. Y también que no todos son iguales, ya que hay honestas y múltiples excepciones dignas de celebrar, admirar y agradecer-
Pues bien, con el aparato de la «información» global a su servicio y monopolio, estos pájaros graznan su independencia y se reclaman servicio público con rango constitucional, como derecho de los ciudadanos a la información y bla, bla, coadyuvando al mantenimiento y buena saludad del Sistema que les llena la andorga cada mes. Aman su oficio y orgullosamente se autoproclaman tertulianos, articulistas u opinadores, como especie venerable; reivindicando su función sacral de «periodistas» sin definir muy bien qué es eso. Son expertos en nada, maestros en todo, ágrafos y con dificultad en las cuatro reglas y la tabla de multiplicar muchas las veces, lo que sería poca cualificación en los tiempos que corren, donde licenciados con dos carreras sirven hamburguesas, pero los tipos opinan con alegría y desparpajo de la prima de riesgo, el PIB, la elasticidad de la demanda, la curva de Lorenz y hasta de la ecuación de la teoría de la composición orgánica del capital de Karl Marx, y, lo que es mejor, se levantan entre 500 y 2000€ por programa en cadena televisiva, y a veces mucho más. Ocupación y oficio que repiten día a día, de lunes a viernes, mes a mes, sin oposición ni concurso en su acceso a la plaza, con el mérito celebrado del nepotismo y la sintonía ideológica de los suyos en según que CCAA o cadena nacional de tele o de radio, mojando, siempre mojando, de la cosa, sea pública o privada, que es lo mismo si uno piensa en la subvención institucional oficial o encubierta que mantiene estos inventos.
Estos trabajadores, alquimistas de la idea/ideología y su difusión global, malversadores de la realidad, a veces están de alta en el general de la Seguridad Social, otras figuran como autónomos en el RETA y casi siempre ejercen el pluriempleo, a veces de pregoneros en las fiestas del pueblo, actos de inauguraciones, mantenedores, apadrinamientos y otras calendas de comunicación más o menos pedestre.
Son los mismos que fisgonean e infundian a destajo a personajes y políticos contrarios a su partido o a su ideología al amparo del totem de la «verdad y la información» que nos hará libres (dicen), los mismos que masacran y exigen a Monedero, Erejón y cía sus cuentas y curriculums; justo los mismos que no nos quieren enseñar los suyos, ni sus contratos, ni sus altas en S.S. ni sus IAES ni sus declaraciones de IRPF, ni de Iva, ni sus participaciones en S.Ls., SCAVs y similares. Ya ven, esos mismos son.
Son los Rojo, Marhuenda, Melo, Jiménez, Edurne, Aguilar, Inda… y el sinnúmero de jetas que infestan el nigth show nuestro de cada día dánoslo hoy que atonta a mi madre tras el vaso de leche con madalenas de antes de dormir. Su utilidad social para el común de los ciudadanos es más bien escasa; para el Sistema, por el contrario, son insustituibles, y por eso les mima, protege, jalea y subvenciona…
A veces, sin embargo, contra todo pronóstico se produce un accidente y alguien en vivo y en directo se sale de control y les canta las 40 en bastos. Es lo que sucede en el vídeo siguiente que ha dado origen al post. Y aun no siendo el partido de Talegón santo de mi devoción, y a reserva de la vida y milagros de esta mujer, que no conozco ni poco ni mucho, un Bravo por su arrojo y por el rato impagable que nos ha hecho pasar. Aunque, dicho sea de paso, Alfonso (gordo, y perdona que te lo diga en la confianza) me queda la duda de si te pellizcas «sólo» 50€ la hora o un poco más, lo que, por 7 horas más o menos que nos sugieres, serían unos 350€ por cada mañana en esa cadena, unos 7 mil al mes, che, lo cual no es cosa de despreciar, pillín, por el esfuerzo de levantarte a las 7 para darnos tu doctrina y opinión documentada. Dios te bendiga, es eso de que a quien madruga…!)
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