Lo mismo cada 4 años; ahora Europa.Puedes quedarte con ella…

Ya es un clásico del calendario de la farándula política; cada 4 años, en periodos cíclicos, bisiestos palmo arriba palmo abajo, como los cumples o las celebraciones de eventos, a votar mandan! Nos mandan, digo, con gran aparato pirotécnico electoral de propaganda en televisiones, furgonetas callejeras tuneadas, megáfonos, candidatos con lifting y todo eso que también es lo otro; pingüe subvención por número de votos y candidato sacado, más empleo en Bruselas de los elegidos y su legión de asesores, con viajes VIP, sueldos de no te menees, gastos, kilometrajes y demás gabelas inaccesibles para el común de los mortales. Así es, aunque no es así como nos lo cuentan, seguro que en acto de caridad para no deprimirnos…

Invocan en esta ocasión como motivo de la fiesta electoral el totem «Europa». Qué será eso?. Con la de vueltas que ha dado Europa desde el tiempo de los romanos y aun antes, con territorios, principados, ducados y estados cambiantes, con decenas de guerras entre sus élitos del poder y teocracias medievales y posteriores asentadas en sus terruños. Europa es pura ficción, entelequia utilitaria creada por estos mangantes. Y tal vez por eso, nadie nos explica qué tiene en común un vecino de Gandía con uno de Munich o de un pueblo de Polonia o de Grecia, más allá del destino de sufragar a la casta de políticos corruptos y mafiosos, -casi siempre y salvo de dignísimas excepciones-.

Europa, a pesar de la murga de estos vendedores de crecepelo, más que unidad cultural, política y de vonvivencia, fué siempre espacio de guerras y riñas entre grupos, castas y personajes de mal pelaje. Y esa realidad es la que determinó los límites de fronteras y estados, como se ve en este time lapse:

Tampoco se molestan en hablarnos de los lobbies que les apadrinan y toman las decisiones y corrompen a estos «elegidos», y, obvio es decirlo, mucho menos practican la didáctica de explicarnos su programa electoral, las peculiaridades de las normas que pretenden legislar, ni los proyectos concretos que proponen o su iniciativa en la maraña de directivas, resoluciones, acuerdos y normas que afectan a nuestra vida diaria como vecinos de Alpedrete, un suponer. Eso, ya digo, no forma parte de la campaña electoral, pues la campaña se reduce al contraste de caretos y cartelería, a la insustancia de la Valenciano frente a la isustancia del Cañete. Una simple elección entre alternativas derivadas de la fotogenia personal promocionada por sus falsimedios, con el acuerdo previo, eso sí, de la «alternancia» en el poder. Eso es lo que hay; el bipartido PPSOE intenta reinventarse en competición de marketing cada cuatro años y ahora toca Europa, elecciones europeas para legitimar el estraperlo de estos mangantes..

Y lo que es más lacerante, todos eso lo hacen mientras la gente común de estos paises de «Europa», con las peculiaridades propias de su lengua y cultura, remueve en los contenedores de basura patrios para buscar comida, o negocia con sus bancos nacionales o transnacionales para no ser desahuciados, sufre las burocracias y abuso de sus estados y funcionarios corruptos, y, en fin, se resigna a que en su nombre estos políticos declaren guerras y destruyan en guerras coloniales otros paises y a sus habitantes, congéneres de especie que no gozan del privilegio de estar en «Europa»…