El 31 de octubre pasado, entre celebraciones, congratulaciones, alharacas televisivas y premios al natalicio, la población mundial alcanzó los 7 mil millones con una niña filipina. Así nos lo contaban las teles el otro día y difícil era sustraerse a tanta emoción..
El aumento poblacional de mil a 2 mil millones se dio en 100 años, de 2 mil a 3 mil millones pasamos en 30 años, y de 6 mil a 7 mil millones en 12 años. Total que ahora ya 7 mil, 7 mil millones de almas, pero y qué celebramos!!??
En contraste, los recursos naturales van disminuyendo; los 7 mil millones consumimos cada día más agua, al tiempo que menguan en proporción las tierras cultivables y los recursos energéticos y minerales y, por el contrario, aumentan la demanda de alimentos, empleo, educación y bienestar -digámosle supervivencia- social..
Se agrava la diferencia entre los necesitados, que representan una abrumadora mayoría, y los adinerados, que suponen un reducido número de elementos en la población total, originando inestabilidad y crisis. Lo mismo ocurre entre áreas geográficas y países; se da abundancia de alimentos en los países desarrollados, -aunque muchos de sus habitantes no puedan poseerlos-, mientras mil millones en las naciones subdesarrolladas agonizan en medio de la hambruna, y siempre cada uno cuenta de la feria según le va, pues los que llevan una vida desahogada dicen diferente de quienes viven en la pobreza, de modo que se vive la realidad dual en un marasmo de contradicciones.
La coordinación de las relaciones entre ser humano y naturaleza, entre economía y sociedad, entre eficacia e igualdad, resulta imposible, y la creación de un espacio de desarrollo con el hombre/mujer como centro constituye objetivo inaprehensible, como el sexo de los ángeles, pese a las declaraciones de buenas intenciones de la ONU y similares nidos de burócratas del empleo público, y las campañas rimbombantes en los países para superar la pobreza y la desigualdad, salvaguardar los derechos de la mujer, el cuidado de la salud sexual y su limitación reproductiva, la urbanización, la migración y el problema del envejecimiento, son eso, pura propaganda y publicidad irrelevante en el mundo de los hechos..
Según el informe sobre el estado de población mundial de 2011, la eclosión/explosión demográfica constituye la peor amenaza para el planeta, lo que quiere decir para las especies que lo habitan y, en particular, para la humana. A ello hay que sumarle la crisis financiera internacional, también llamada de sobreproducción capitalista –sobreproducción, curiosamente, en un mundo de necesidad- de imposible salida; crisis controlada y dirigida, no obstante, por grupos reducidos de gestores y managers alejados de la realidad de la necesidad, y globalización informativa, donde los mismos grupos manipulan la información/desinformación sobre esa misma realidad cerrando un círculo perverso..
En definitiva, una especie de 7 mil millones de individuos cada día más desiguales, más pobres, y más infelices, amenazada, incluso en su simple supervivencia, por sus jefes de manada, quienes gestionan la realidad del espanto habitando en cómodos despachos, tras 27 pantallas de datos telemáticos, decidiendo indolentemente la felicidad/infelicidad de sus semejantes al pulsar en sus celulares de pantalla capacitiva.
Ciertamente, un drama, de civilización, de ideas, de tránsito/cambio de paradigma y, sobre todo, un auténtico drama de desigualdad, injusticia y déficit democrático como no se recuerda en la historia de la humanidad..
CELEBRAMOS, PUES, EL HABER LLEGADO A ESTO..
Y es que, como dijo groucho, SALIMOS DE LA NADA PARA LLEGAR A LA MISERIA.. (.. y encima acompañanados en el viaje por estos tipos)
(1184)
El ser humano es el mayor depredador, nosotros no lo viviremos pero la Tierra tiene fecha de caducidad, que el ser humano está dispuesto que esta sea cada vez más próxima.
Excelente articulo.
buena y curiosa reflexion