El terrorismo jihadista y los gobernantes occidentales burros, incompetentes e hipócritas…

Se cuenta que la Reina de Inglaterra, tras la catástrofe mundial de la economía en el 2008 que dejó a todos en estado de sock, mandó una carta a la Academia Británica de la Londond Shool of Economics preguntándoles un simple “¿Y por qué no lo vieron venir?”, respondiendo estos sesudos académicos economistas, que “principalmente es un fracaso de la imaginación colectiva de gente muy brillante a la hora de entender los riesgos que corre el sistema en su conjunto”. Mutatis mutandis, lo mismo podría decirse ahora a los sesudos gobernantes que refieres. ¿Y cómo es que no lo vieron venir?
El origen de la barbarie -que no justificación- es, cuando, para intervenir en el cambio de gobierno de un país, se deruye un estado soberano (Irak, Libia, Siria) devolviéndolo a la Edad Media, destruyendo hospitales, carreteras, puentes, plantas de agua, servicios de agua potable y electricidad. Cuando las bombas derrumban los edificios públicos y los colegios. Cuando desaparece la administración del Estado, se desintegra el ejército, desaparece la policía y el ciudadano normal ve morir a sus familiares y seres próximos, pasa hambre, frío, etc., y millones de ellos inician una diáspora de miles de kilómetros a otros países que les rechazan,huyendo de ese horror, no es previsible que de ese kaos salgan monjitas, sino que, por una parte, se alienta la desesperación, la incultura, las ansias de venganza y la falta de esperanza en esta vida y, por otra, se da pábulo a la irracionalidad de tribunos y elementos que prometen la vida mejor en el más allá a costa de morir en esta. Si además se arma con artilugios de matar a esos orates irracionales y fanáticos de esas tribus incontroladas, el resultado está cantado.
Por tanto, ciertamente, esos individuos son criminales, ágrafos, incultos e irracionales, pero el estado de cosas que ha permitido la eclosión de su barbarie a esa escala que ya amenaza nuestros territorios y cómodas sociedades de pic nic, televisión y sofá, lo han creado nuestros glamourosos gobiernos occidentales demócratas, de forma tan irresponsable como perversa y egoísta por cuestiones de expolio económico y roles de poder geopolítico inconfesables.
Eso es lo que vemos muchas personas que preferimos creer lo que ven nuestros propios ojos y no lo que nos cuenta el narrador oficial del sistema mediático establecido, por mucho que sus voceros a nómina sigan con su cinismo invocando el mantra de unidad frente al terrorismo; unidad sí, y rechazo y condena de esa barbarie por supuesto, pero honestidad intelectual para comprender las cosas, sus orígenes, causas y efectos.
Para desalojar a tres (supuestos) dictadores de tres estados con estandar de calidad de vida envidiable en su entorno, han muerto muchos centenares de miles de personas y otros han resultado heridos o lisiados y ahora varios millones vagan por Europa con la vida destrozadas al tiempo que la barbarie terrorista nos ha llegado a la sala de estar. Están mejor ahora los irakies, libios y sirios? ¿Qué es lo que ha conseguido el sistema occidental?. Simplemente el horror, la desolación y el no futuro para varios millones de personas.
¿Y cómo es que esta “imaginación colectiva de gente muy brillante” que gobierna Europa no lo vio venir? ¿O es que lo vieron pero cínicamente continuaron a lo suyo; a sus economías particulares y a la frivolidad del juego geopolítico entre glamour, diplomacias, recepciones y cuchipandas?

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