Joanmarti Blog's, impresiones e ideas

Entresaco de sus declaraciones a Efe los párrafos que explican el estado de la cuestión, o la cuestión del Estado. Son palabras/ideas de uno de los pocos políticos honestos que dicen lo obvio con su didáctica cartesiana de siempre:

… la abdicación es «una nueva imagen de un producto que ya está podrido… y “una maniobra para que la oligarquía económica del franquismo siga siendo la representante del poder”.

 … la abdicación del Rey es “un hecho que confirma muchas cosas”

… la abdicación se produce «días después de que Felipe González sugiriera la idea de un gobierno de concentración entre PP y PSOE, tras unas elecciones en las que estos partidos han perdido apoyo, y tras los escándalos de la Corona, como el caso Noos”.

 … la abdicación «trata de simular que todo cambia para que nada cambie porque el estatus económico, político y social necesita relanzar el bipartidismo sobre unas bases más altas”

… la abdicación «se hace en favor de un príncipe que será un rey joven, que habla idiomas, no ligado a ninguna corrupción, y que trae la ilusión de que algo puede cambiar, pero las mismas oligarquías seguirán gobernando”.

 … la abdicación “es una nueva imagen de un producto que ya esta podrido”.

… la abdicación «y su efecto Don Felipe VI se diluirá al cabo de un año”.

… la abdicación «permitirá que la oligarquía exija una «ley de punto final” que ponga fin a procesos judiciales como el caso Noos, el de los ERE y el caso Gürtel, porque si siguen adelante estos procesos, el régimen de la transición se hundiría”.

Se puede decir más alto, pero no más claro, aunque se puede ampliar un poco la explicación.

Al cabo de 37 años de alternancia en el poder, de programas electorales vacuos e indeterminados como el sexo de los ángeles, de propuestas y contra propuestas, de reformas y contra reformas legales, de teatrales campañas y procesos electorales estatales, autonómicos y municipales, de herencias y contra herencias «políticas» recibidas y denunciadas entre ellos con aspaviento, gestos y mohín, el balance de la «Transición» es una élite eonómica y política encumbrada en el poder, la corrupción, la acumulación de riqueza y el despilfarro insultante, disimulada y ocultada con el inaudito desparpajo y cinismo que le permiten sus medios de comunicación con periodistas, tertulianos y telepredicadores comprados a nómina para la manipulación de la realidad.

La casta, cínica, glamourosa y mediática,  dice «representar» en el sistema político formal a millones de sus conciudadanos, pero éstos andan tan empobrecidos que apenas pueden vivir, acosados por la falta de trabajo, los salarios bajos y los precios altos, con carencias vitales en servicios del Estado, atrapados en vidas miserables de hipoteca y pago de la luz y el agua, sometidos al rol neoesclavista del votante/trabajador/consumidor/espectador.

Es justo cuando las redes sociales permiten la conexión e interación social colectiva y superan la manipulación mediática individual de la soledad del sofá y la sala de estar, cuando el sistema entra en situación de peligro de ruina. El montaje político-legal («la constitución que los españoles nos hemos dado», que peroran), el sistema, entra en deriva en trámite de derrumbe, y sale a la luz la «aluminosis» de sus estructuras legales/morales fabricadas durante tantos años por golfos y mangantes que han humillado a sus conciudadanos, por los políticos profesionales de multisueldo y privilegio, para someternos a los otros, a los parias «intocables» a nuestra condición de solo votantes en la vida cotidiana.

Eso es lo que hay, como balance de tantos años en la «democracia y la constitución que los españoles nos hemos dado». El bi-partidismo, la bi-estafa, la bi-mafia se hunden cuando la simulación de la realidad queda en entredicho, subvertida y desnuda, y se intuye el cambio de paradigma social.

Descubierta la superchería de los brahmanes y chatrías, ahora los vaishias y shudras se rebelan y toman las plazas, quieren dejar de ser «intocables» y revindican el derecho a ser y ejercer de ciudadanos. Solo entonces los brahmanes de la casta suprema se ponen nerviosos, porque para sobrevivir ya no les basta con el publicitado cambio en la cartelería electoral, con el cambio de muñecón de pepona y de liderazgo, y ven por aquí y por allá contubernios y subversión antisistema, aunque realmente solo es eso; que a los intocables les dio por pensar y tomar conciencia de sí mismos. El caso es que a estos jetas de la casta les cuesta entenderlo; puro egoísmo biológico: la casta quiere sobrevivir…