Podría contar que le leí con deleite en su literatura y en sus tesis de conomía política en segundo de Derecho, que me fascinaba el personaje y bla, bla, pero me parece ocioso emborronar el espacio virtual con bits y más bits en loas, elegías y apologías de este hombre impresionante, de su pensamiento y de su dignidad social y personal, cuando hoy se han publicando artículos sobre él a decenas y sin que tenga yo nada que añadir nuevo en ese punto.

Sólo una reflexión urgente para la ocasión sobre el «valor humano», como magnitud que mide el balance contable del tránsito personal de un individuo sobre la vida en la tierra; «valor», que es concepto diferente al de «precio», como enseñaba el profesor, y cuya unidad de medida no puede ser otra que social; valor social, pues. En términos económicos de input/output, -como también diría el profesor-, valor humano es el saldo neto de ideas y actitud social que transmites a los que te sobreviven, a los hijos, a los amigos y hasta a los enemigos. Y es el caso que  en esos términos el «valor» de José Luis Sampedro ha sido/es inmenso, inconmensurable. Por ello, simplemente un enorme..

GRACIAS!!

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