Los Hitler del tercer milenio ya salen en los telediarios..

Ni la especie humana podía caer tan bajo ni esta casta de ineptos, corruptos y antisociales gestores del mundo podía llegar tan alto. Cada día mueren de hambre o enfermedad miles de personas que, con otra organización social, podrían seguir viviendo, miles de individuos mendigan los desechos de los supermercados, en los contenedores de una sociedad opulenta que despilfarra recursos y alimentos. En sus territorios de guerra, los fabricantes de armas y sus empleados, los políticos en el poder, con todo descaro e impunidad, diseñan y producen guerras de agresión externa o subversión interna (libia, siria, iran..) para, después de asesinar personas, mutilar cuerpos y destruir edificios y servicios públicos de la comunidad a miles, «reconstruir» la paz ganando millones con ello; en sus territorios de paz, con su economía financiera improductiva, corrupción y robo, políticos y gestores de la administración pública arruinan ahorradores, desalojan endeudados hipotecarios de sus casas y destruyen la calidad de vida de familias y ciudadanos. Los parlamentos y los políticos, alejados de la realidad y del ciudadano normal que les elige cada cuatro años, sólo sirven para mantener el status de privilegio de sus moradores, que, sin iniciativa personal ni conciencia humana y, proclamándose de izquierdas, de derechas o de centro, votan siempre de forma antisocial las consignas de sus líderes y de los banqueros que les financian y mantienen en el poder como empleados de esta gigantesca fábrica del abuso y la indignidad criminal. Los “periodistas” falsimedio, igualmente cobran su nómina por el trabajo de ocultar este estado de cosas. El mundo se halla instalado en la locura, en una barbarie que, con la tecnología ya disponible, amenaza la propia existencia de la humanidad y ello se sabe y se ha dicho muchas veces. Y en este estado de cosas, a menudo emergen borrachos, border-lines, orates y sanguinarios locos de atar que gobiernan el mundo con nuestra anuencia diletante y nos ponen en la tele cada día, como parte de la fiesta de la banalidad, para que aplaudamos este aquelarre de gilipollas..

Trágico que el mundo pueda ser destruido por estos locos un día al atarceder, antes de cenar, sin darnos tiempo a pagar la tele.. Entonces sólo quedará el lamento..

Se ha dicho muchas veces, pero digámoslo una vez más..

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