Los teletipos escupen la noticia: Fraga ha muerto!! A partir de ahí, reportajes y resemblanzas, artículos hagiográficos y sus contrarios sobre el célebre individuo. Speakers y tertulianos recuerdan como de primera mano ese montón de anécdotas, lo de la calle es mía, el baño en meyba en palomeras y un larguísimo etc., que describen el talante autoritario del personaje, icono y mentor de la derechona patria y, por supuesto, la ocurrencia esa del señor gonzález X de que al hombre “le cabía el estado en la cabeza”, lo que puede sostenerse, digo yo, tanto por el volumen de la misma como por su carácter de cabezón a piñón fijo. Todos añorantes con el finado y algunos lacrimógenos, como siempre ocurre en estos casos.
Me recuerda J.B. en su comentario del post anterior, reseñando les campanades a mort –assassins de raons i de vides!!- de l. Llach y el poema de benedetti con ocasión del óbito de reagan, que el tipo fraga no se llevaba bien con la libertad de los otros y fungió de fascista a full time, y desde luego que así era y consta en las hemerotecas.
Para mí, sin embargo, lo más chusco es como el personaje transitó con singular éxito por la vida de la política y del dicho estado que le cabía en la cabeza, ejerciendo el poder sin solución de continuidad en la dictadura, en la transición, en la democracia y donde se terciara, cuando otros de su época se extinguieron con los quintos de arias navarro. Y justo por ahí va mi punto de vista, porque, ciertamente, lo más relevante del personaje fue su papel, junto con otros mendas-padres de la patria, en la cosa esa de la “constitución” del 78, española y reguladora del sistema, para más señas, la misma que nos ha traído donde estamos.
Y es que el susodicho, junto con otros jefes de cuadrilla de la política nacional (gabriel cisneros, miguel herrero, pérez llorca, peces barba, solé turá y roca junyent) tuvieron la parte y el arte de este marco legal, tan sacral e invocado en los tiempos modernos como la biblia, que nos ha traído al desempleo, la insolidaridad ciudadana, la marginalidad, el robo legalizado, la especulación, la corrupción sistémica y, en general, la mala vida para todos, salvo para la “clase política”. No importa que los tipos fueran de la UCD, alianza popular, PSOE, PC, CiU o cualquier otra secta o partido; todos se aplicaron a lo mismo: fabricar el marco legal para que, con democracia o sin ella, todo continuara igual; el capital y sus estructuras incólumes y a lo suyo y sus empleados políticos a lo de siempre; el resto.., ay el resto!, el resto todos jodidos..
Era la idea de cambiar para que el todo siguiera igual, y esa y no otra es la revolución/evolución que hizo fraga, junto con los otros, como digo, de ese “estado” que dicen le cabía en la cabeza y el hombre protegía con una boina (y tanto, como que era suyo y de los suyos!!), el mismo estado/marco legal que impide las conquistas sociales y justifica sin cuestionar las aberrantes situaciones sociales contrarias al sentido común, el mismo en el que te suben el gasoil a 1 y pico y la luz a como les peta, en el que te aumentan en 15 años la carencia y la edad para la jubilación, te cambian o recambian tus derechos de un día para otro, en cuyo nombre y en el tuyo invaden países y matan a sus ciudadanos, en el que te fríen a impuestos para financiar gabelas y privilegios de políticos y allegados, en el que se indultan banqueros que ni pasan por comisaría, mientras a ti te detienen por protestar en el metro, el mismo que te militariza si eres controlador, el mismo en el que cada día te llenan el cerebro de basura televisiva y ahora te pondrán reportajes sobre el finado, su vida y milagros. Y, cierto es, hay que reconocerlo, que ahí el hombre hizo bien su trabajo, y no te extrañe que ahora, allá arriba, le ofrezcan otro empleo de capataz para que pueda seguir en lo suyo. Pues eso..
(1202)
Ya han comenzado, los voceros y tertulianos de todos los falsimedios se vuelcan a ensalzar su personalidad afable y bonachón aunque recto y bronco en sus convicciones, y su gran aportación en la transición, por lo contrario nada se dice de su complicidad y participación activa como ministro franquista, en la represión e incluso en la firma de las sentencia de muerte aprobadas en el consejo de ministros franquistas, o en la represión de los encerrados en la Catedral de Vitoria.
Así se cuenta la historia, cuando esta es contada por los de siempre