Joanmarti Blog's, impresiones e ideas

 

Como decía hace unos días, a muchos pensadores de la izquierda a la carta, más interesados en su diletancia personal de articulista que en la realidad o en su provecho a la causa social que dicen defender y sobre la que teorizan sin descanso, las revelaciones de wikileaks les ha pillado con el paso cambiado, incapaces de adivinar siquiera la magnitud del asunto. Los que lanzaron la majadería indecente de la sospecha sobre wikileaks, aduciendo que revelaba unas cosas y no otras (cuando la selección de lo publicado la han hecho los cinco periódicos a los que wikileaks se ha limitado a proporcionar los ficheros de datos) llegando a sugerir una abracadabrante manipulación de la cía y similares, verán ahora la detención de julián assange en la comisaría londinense y tal vez dejarán de lanzar cábalas y asertos de dudoso gusto.

Como puede comprobarse, la acusación contra julián nace de una colaboradora de la cía, una mujer cubana vinculada a la mafia anticastrista de miami, y lo que se le imputa es hacer el amor de forma consentida, pero.. sin condón. Ese es el delito por el que se le ha encarcelado; “delito” tan horrible que fue archivado por el fiscal y el juez sueco en primera instancia hasta que arreciaron las presiones USA y decidieron hacer de marionetas al servicio del imperio y reabrir la causa. Así, el estado sueco y el inglés devienen instrumentos al servicio de los eeuu y la interpol coadyuva en esta tomadura de pelo gigantesca.

Al periodista-hacker se le persigue como si fuera un peligroso criminal y se le niega la libertad bajo fianza, a pesar de haberse presentado voluntariamente, alegando que carece de una dirección física en el reino unido. Mayor indecencia imposible, y el que la justicia inglesa se preste a esta parodia hubiera parecido inimaginable en otras épocas, pero estamos ante una gran batalla, seguramente histórica, la del “sistema” contra los “malos”, contra los antisistema. En esta batalla todo vale, hasta el manipular en los telediarios de falsimedia intentando hacernos creer que el crimen de assange no es el haber puesto a los estados, gobiernos, funcionarios y políticos corruptos en evidencia, si no el haber hecho el amor sin preservativo.

En la realidad de las cosas, cada hora que pasa   es más obvio para todos, a pesar de los esfuerzos de estos mangantes de los falsimedia, que se le ha detenido y encarcelado por ser la cabeza visible de wikileaks, portal que no ha robado ninguna información, que lo único que ha hecho es dar garantías de confidencialidad a personas, empleados, funcionarios, que siguiendo sus pulsiones éticas o morales han denunciado y proporcionado datos, burlando los sistemas de autoridad, las cadenas de mando y los silencios aberrantes, aportando su grano de arena para que seamos conscientes de lo que hay: un sistema tenebroso de políticos corruptos, alejados y con intereses opuestos a sus electores y a los ciudadanos a quienes teóricamente “representan” en el estado “democrático”: el mismo estado que les da empleo, rol y prebendas cada día, esos que decretan las guerras y la muerte de millones de personas para mejorar las cuentas de resultados de sus corporaciones y sociedades anónimas, los mismos que manipulan gobiernos y jueces para definir la legalidad internacional y de cada país a su favor, y así un largo etc de corrupciones y crímenes que todos intuían pero nadie había conseguido demostrar de forma fehaciente y masiva hasta que aparece wikileaks.

De ahí nace la ira del “sistema” contra julián assange, la furia del ataque al derecho, al suyo, a la propia normativa penal y procesal sueca, inglesa o la que se tercie; una forma tan burda como aberrante de agresión; un acto de guerra contra todos, contra la sociedad civil, contra nuestro derecho a saber cómo y por qué esta pléyade de vagos y maleantes, tan humanos e hijos de vecino como nosotros, usurpan en beneficio propio el estado y sus mecanismos, (jueces, fiscales, policía y funcionarios), sus bancos, instituciones financieras, empresas de tecnología, gigantescos servidores de ip y cualquier elemento tecnológico al servicio de sus intereses que, al primer toque de corneta, han unido fuerzas para enterrar wikileaks (amazon, paypal, faceboock, twiter.).

Es un momento crucial de cambio de paradigma en la comunicación, donde internet existe como posibilidad y vehículo de rebelión contra la desinformación y la perversidad humana y del “sistema” de estos tipos-basura, resulta obligado para cualquier ciudadano que se crea con derecho a ser libre el dar una respuesta inequívoca de solidaridad con wikileaks en la persona de este hombre, porque si el sistema, de una forma o de otra, consigue acallar y escarmentar estas voces, en el futuro ya nadie se atreverá a ir contra corriente, el miedo se apoderará de nosotros y definitivamente habremos perdido la batalla contra estos parásitos de la raza humana, sumidos en la indefensión más absoluta ante estos orates del poder..

(1843)